domingo, 5 de abril de 2009

Historia del Aikido

El Aikido es un arte marcial de defensa cuyo objetivo final no es causar daño, sino neutralizar cualquier ataque y cultivar un sentido y un sentimiento de paz y armonía entre los seres humanos. Es un arte “evolucionado”, que nace en Japón y es heredero de finas y ricas tradiciones marciales, aunque apunta a una síntesis, a la economía de movimientos o, mejor dicho, a una nueva clase de mecánica del movimiento, con altísima sofisticación.

Fue desarrollado por Morihei Ueshiba (1883-1969), uno de los maestros marciales más brillantes de todos los tiempos. Sobre la base del arte del Katana y del Aikijutsu antiguo, el creador dio a luz una forma nueva y moderna de arte marcial contra uno o varios atacantes, usando la fuerza del adversario. Las técnicas de “mano vacía” se complementan con el Bokken (sable de madera) y el Jo (bastón). Por su nivel de refinamiento y ética superior, el Aikido se instala mucho más allá de un deporte o incluso de un arte marcial más.

O´Sensei nació el 14 de diciembre de 1883 en la ciudad de Tanabe. Su padre, preocupado por su salud lo inicia en la práctica del Sumo, tras mudarse a Tokio en 1901 inicia sus estudios de Jujutsu y Kenjutsu, destacándose de inmediato como un maestro inigualable. A su regreso a Tanabe contrae matrimonio y milita activamente en distintos proyectos sobre reformas sociales. A los 20 ingresa al ejército y permanece en él durante 4 años.

En 1915 conoce a Sokaku Takeda, maestro de Daito Ryu y se une a él continuando su camino en el Budo; más tarde viaja a Ayabe donde se vincula a Onisaburo Deguchi, quien le brinda sus enseñanzas espirituales.

Comienza a enseñar artes marciales mientras elaboraba su idea sobre la unificación del espíritu, la mente y el cuerpo; luego de regresar de Manchuria con el maestro Deguchi se entrega a un entrenamiento sobrehumano alcanzando la revelación que había perseguido durante toda su vida. Luego de su iluminación inicia un recorrido por todo el país enseñando Aikido.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1942 se instala en Iwama, donde construye un Dojo y un santuario; luego de la conflagración viajaría periódicamente a Tokio para impartir seminarios y conferencias aunque jamás abandonaría Iwama.

Su nombre comenzó a reconocerse en todo el mundo, debido a que muchos de sus alumnos difundieron sus enseñanzas en todo el orbe.

El 26 de abril de 1969, luego de un largo camino, una ardua pero fértil búsqueda, una intensa y riquísima vida espiritual, fallece tomado de la mano de su hijo.


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